Antecedentes: El 18 de Abril de 1868, Jose María de Urquinaona y Bidot, Arcipreste de la S.I. Catedral de Cádiz, contaba con 50 años de edad al ser nombrado Obispo de Canarias. No llegó a la isla hasta el 22 de Abril del año siguiente. Su amplia preparación cultural y su inteligencia le facilitaban una oratoria elocuente y una dialéctica persuasiva.
Desarrolló una intensa labor pastoral en Canarias y obtuvo el reconocimiento de los grancanarios, en una etapa en que la corriente del liberalismo impulsaba cambios e importantes transformaciones sociales.
Aprovechó la devoción existente a la Virgen del Pino para impulsar la fe, y pasó largas temporadas en la villa mariana donde se ganó el aprecio de los vecinos por su humildad.
El 8 de Mayo de 1878, partió de Gran Canaria para ocupar la Mitra de Barcelona, donde falleció el 31 de Marzo de 1883.
Término municipal: Teror.
Localización: En el centro de la villa, adosada a prolongación de la pared del Bar Paco, junto a la parada de Taxis, al comienzo de la calle Francisco González Díaz.
Coordenadas GPS: No son necesarias.
Fuentes/Referencias:
Falange. Estampas de Teror: «La Cruz de Urquinaona» (I y II). Gregorio Rodríguez A., 1 y 8 de Junio de 1960. Pág. 2.
Diario de Las Palmas. «La Catedral, Urquinaona y la Virgen del Pino». Florencio Rodríguez Artiles, 26 de Noviembre de 1971, Pág. 13 (Especial).
El Eco de Canarias. «Catedral de Santa Ana de Canarias». Primer Centenario de su consagración y dedicación, Sebastián Jiménez Sánchez, 26 de Noviembre de 1971, Pags. 22 y 23.
Diario de Las Palmas. Crónicas Terorenses: «La calle Obispo Urquinaona». Vicente Hernández Jiménez, 3 de Mayo de 1999, Pág. 113.
Diario de Las Palmas. Viernes Santo en Teror (1965). Crónica por Gregorio F. Rodríguez, 20 de Abril de 1965. Pág. 6, de Canarias- Actualidad.
«Las Iglesias de Nuestra Señora del Pino y las ermitas de Teror». Julio Sánchez Rodríguez. (2008) ISBN: 84-612-8808-3.
Historia: El 12 de Agosto de 1873, realizó descalzo, sin sus insignias episcopales y cargando sobre sus hombros con una gran cruz, las catorce estaciones del Vía Crucis que él había ideado en la villa mariana.
La descripción del recorrido que recoge Gregorio Rodríguez (1960), hace referencia a las catorce estaciones y las dieciséis cruces:
«La primera estación con su cruz a pocos pasos de la iglesia. La segunda frente al Palacio y en las casas de la Diputación del Cabildo y así de trecho en trecho, seguían las cruces en busca de la calle Coronel Rocha, mas conocida como la calle del Cura, porque en ella está la casa parroquial. Subían las cruces hasta el Castaño y cruzaban por aquella magnífica balconada, ante el hoy, Convento de las Monjas del Cister,... Bajaban las cruces hacia el "Puente del Pino" y a la vera del barranquillo umbroso que baja desde el "Pico" y con la armonía constante de los chorros de agua entra en los cañaverales. Allí poco antes de bajar estaba el Calvario. Tres cruces correspondientes a la duodécima estación y que aún hoy sin cruces, se conoce por "El Calvario". Y seguían las cruces bajo la arboleda por el actual paseo del poeta, en busca de la calle principal y hacia la iglesia»
Casi un siglo después, solamente quedaba en pie, la agrietada y negra conocida como Cruz de Urquinaona.
Fueron repuestas en 1965, para la fervorosa celebración del Via Crucis del Viernes Santo, al que acompañaba el Cristo Crucificado del imaginero guiense, José Luján Pérez, en procesión penitencial. El recorrido por la villa, constaba de las catorce estaciones (y no 15 como el reciente, propuesto por Juan Pablo II) donde la Cruz de Urquinaona representaba la estación octava: «Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén».
No debemos olvidar que la villa mariana le dedicó también una calle, conocida anteriormente como la de la fuente de Santa María, en la trasera del antiguo Palacio Episcopal, como reconocimiento a su labor pastoral y su relación afectiva con Teror, a través de la Virgen del Pino.
También se le recuerda en la villa por otro acontecimiento de gran relieve: la peregrinación del 23 de Septiembre de 1877, que concentró a mas de diez mil personas de todas las parroquias de la isla (Boletín Diocesano de 8 de Octubre) en rogativa por la situación del papa Pío IX (al autoproclamarse «prisionero en el Vaticano») ante la unificación italiana y la desaparición de los Estados Pontificios.
Sin embargo, el episodio mas triste de su labor episcopal fue la excomunión del eminente Dr. Gregorio Chil y Naranjo, por sus férreas convicciones y su defensa de las ideas religiosas de la época. Unos lo achacan a la preconvivencia con la que sería su segunda mujer y otros, a sus ideas y escritos cercanos a los postulados de la evolución, recogidos en su obra: «Estudios históricos, climatológicos y patológicos de las Islas Canarias».
Estado Actual: La Cruz de Urquinaona sobrevive adosada a la pared de una vivienda, junto a la parada de Taxis. Pasa desapercibida puesto que no tiene rótulo informativo, ni referencia alguna.
Agradecimientos: Mi reconocimiento personal a D. Julio Sánchez, experto investigador. Su extenso trabajo se puede consultar en: http://www.juliosanchezrodriguez.com. Debo agradecerle también su atención personal al recibirme, y dialogar con él sobre estos temas, así como sus aportaciones de gran valor.
Aprovechó la devoción existente a la Virgen del Pino para impulsar la fe, y pasó largas temporadas en la villa mariana donde se ganó el aprecio de los vecinos por su humildad.
El 8 de Mayo de 1878, partió de Gran Canaria para ocupar la Mitra de Barcelona, donde falleció el 31 de Marzo de 1883.
Término municipal: Teror.
Localización: En el centro de la villa, adosada a prolongación de la pared del Bar Paco, junto a la parada de Taxis, al comienzo de la calle Francisco González Díaz.
Coordenadas GPS: No son necesarias.
Fuentes/Referencias:
Falange. Estampas de Teror: «La Cruz de Urquinaona» (I y II). Gregorio Rodríguez A., 1 y 8 de Junio de 1960. Pág. 2.
Diario de Las Palmas. «La Catedral, Urquinaona y la Virgen del Pino». Florencio Rodríguez Artiles, 26 de Noviembre de 1971, Pág. 13 (Especial).
El Eco de Canarias. «Catedral de Santa Ana de Canarias». Primer Centenario de su consagración y dedicación, Sebastián Jiménez Sánchez, 26 de Noviembre de 1971, Pags. 22 y 23.
Diario de Las Palmas. Crónicas Terorenses: «La calle Obispo Urquinaona». Vicente Hernández Jiménez, 3 de Mayo de 1999, Pág. 113.
Diario de Las Palmas. Viernes Santo en Teror (1965). Crónica por Gregorio F. Rodríguez, 20 de Abril de 1965. Pág. 6, de Canarias- Actualidad.
«Las Iglesias de Nuestra Señora del Pino y las ermitas de Teror». Julio Sánchez Rodríguez. (2008) ISBN: 84-612-8808-3.
Historia: El 12 de Agosto de 1873, realizó descalzo, sin sus insignias episcopales y cargando sobre sus hombros con una gran cruz, las catorce estaciones del Vía Crucis que él había ideado en la villa mariana.
La descripción del recorrido que recoge Gregorio Rodríguez (1960), hace referencia a las catorce estaciones y las dieciséis cruces: «La primera estación con su cruz a pocos pasos de la iglesia. La segunda frente al Palacio y en las casas de la Diputación del Cabildo y así de trecho en trecho, seguían las cruces en busca de la calle Coronel Rocha, mas conocida como la calle del Cura, porque en ella está la casa parroquial. Subían las cruces hasta el Castaño y cruzaban por aquella magnífica balconada, ante el hoy, Convento de las Monjas del Cister,... Bajaban las cruces hacia el "Puente del Pino" y a la vera del barranquillo umbroso que baja desde el "Pico" y con la armonía constante de los chorros de agua entra en los cañaverales. Allí poco antes de bajar estaba el Calvario. Tres cruces correspondientes a la duodécima estación y que aún hoy sin cruces, se conoce por "El Calvario". Y seguían las cruces bajo la arboleda por el actual paseo del poeta, en busca de la calle principal y hacia la iglesia»
Casi un siglo después, solamente quedaba en pie, la agrietada y negra conocida como Cruz de Urquinaona.
Fueron repuestas en 1965, para la fervorosa celebración del Via Crucis del Viernes Santo, al que acompañaba el Cristo Crucificado del imaginero guiense, José Luján Pérez, en procesión penitencial. El recorrido por la villa, constaba de las catorce estaciones (y no 15 como el reciente, propuesto por Juan Pablo II) donde la Cruz de Urquinaona representaba la estación octava: «Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén».
También se le recuerda en la villa por otro acontecimiento de gran relieve: la peregrinación del 23 de Septiembre de 1877, que concentró a mas de diez mil personas de todas las parroquias de la isla (Boletín Diocesano de 8 de Octubre) en rogativa por la situación del papa Pío IX (al autoproclamarse «prisionero en el Vaticano») ante la unificación italiana y la desaparición de los Estados Pontificios.
Sin embargo, el episodio mas triste de su labor episcopal fue la excomunión del eminente Dr. Gregorio Chil y Naranjo, por sus férreas convicciones y su defensa de las ideas religiosas de la época. Unos lo achacan a la preconvivencia con la que sería su segunda mujer y otros, a sus ideas y escritos cercanos a los postulados de la evolución, recogidos en su obra: «Estudios históricos, climatológicos y patológicos de las Islas Canarias».
Estado Actual: La Cruz de Urquinaona sobrevive adosada a la pared de una vivienda, junto a la parada de Taxis. Pasa desapercibida puesto que no tiene rótulo informativo, ni referencia alguna.
Agradecimientos: Mi reconocimiento personal a D. Julio Sánchez, experto investigador. Su extenso trabajo se puede consultar en: http://www.juliosanchezrodriguez.com. Debo agradecerle también su atención personal al recibirme, y dialogar con él sobre estos temas, así como sus aportaciones de gran valor.
Pues tienes razón, esa cruz pasa invertida para muchas persona. A veces por estar la parada de taxis en ese mismo lugar.
ResponderEliminarRecuerdo de pequeño comprar dulces al lado y preguntarme muchas veces que hacia esa cruz ahí.
Ahora pasados los años, ya lose gracias a ti y supongo que muchos también.
En mi próxima visita a Teror, le prestaré atención.
Tengo que reconocer que en muchas ocasiones acabamos nuestras Rutas reponiendo «fuerzas» en Casa Paco y no me percaté de la existencia y el valor histórico de esta Cruz hasta hace muy poco tiempo. Gracias por tu comentario y aportación.
ResponderEliminar¡Qué articulo tan interesante! ¡Ha sido un place leerlo! Realmente, nos regala una nueva forma de ver con sus aportaciones!
ResponderEliminarFelicidades, y muchas gracias.